miércoles, 19 de junio de 2013

HISTORIA DE UNA VIDA...




A ciencia cierta no recuerdo como fue nuestro primer contacto, lo que si tengo muy presente es que lo conocí en uno de los llamados “retiros espirituales”. Su sonrisa fue lo que más me llamo la atención y su gusto por la vida. Desde entonces nos volvimos inseparables, sabíamos que nos teníamos uno al otro en cualquier circunstancia y lugar.

Su vida no ha sido fácil.

Su familia estaba formada por papa, mama y siete hij@s, incluido él. El papa los dejo cuando él estaba en la primaria, así que a mamá le toco sacarlos adelante a todos. La mayoría le reclamaron a mamá el hecho de que su papá los haya abandonado, pero quizá solo ella sabia porque lo había hecho y si fue lo mejor para sus hijos, no la podemos juzgar.

El se hizo responsable desde esa edad. Su mama instaló un puesto de jugos cerca de la casa y todos los días se levantaban de madrugada para comprar lo necesario y tener  todo listo para sus clientes. Ninguno de los otros hermanos y hermanas, que yo recuerde, los ayudaron. Solo era él y su mamá.

Así iban pasando los años, y el continuo sus estudios. Sus herman@s se dedicaron a hacer sus vidas.

Después de la prepa decidió estudiar contabilidad. Es muy bueno. Todo iba bien hasta ese año nuevo donde recibieron una llamada que cambiaria de nuevo su destino.

Era el primero de enero, cerca de las 8:00 de la mañana, tenían que ir al hospital a dejar a su hermana para  trabajar en su turno de enfermera. Pero, una persona en estado de ebriedad manejaba una camioneta por la avenida principal, se pasó un alto y embistió el coche donde iban su mama, su hermano y su hermana. Su mama y su hermano murieron de manera instantánea, su hermana quedo en coma.

Los meses siguientes fueron como una pesadilla. No tuvo tiempo de llorarle a su mama ni a su hermano (que alguna vez me dijo era su favorito). Empezaron, él y su hermana menor, a cuidar a su hermana, hasta que salió adelante del coma. Cuando la llevaron a su casa (la casa que tenía su hermana) y empezó a valerse por sí misma, en forma de más grosera, los corrió a él y a su hermana menor y los acusó de robarle lo que le estaban dando de pensión (pensión que él le tramitó). Cuando me lo contó me quede sin palabras. Ni un gramo de agradecimiento.

Sus herman@s se fueron casando, haciendo sus vidas y separándose cada vez más unos de otros. El empezó a trabajar, y procurando que a su hermana menor no le faltara nada, que terminara sus estudios.

Alguna vez me presentó a una de las pocas novias que tuvo, muy agradable. Se le veía feliz como hace mucho tiempo no lo veía, pero ahora la que comenzaba a molestarlo era su hermana menor.

Si tienen hermanos, sabrán que hasta cierto punto una hermana puede tener un poco de llamémosle “celos” de las novias, pero no al grado de hacerles la vida imposible a los hermanos.

Esta era la situación, como los otros hermanos no caían en sus chantajes, el era el único que le hacía caso, y comenzó a llevarla a todos lados.

Cuando hablábamos me decía que se portaba grosera con las personas, que hacía comentarios que no iban al caso y que no sabía porque se enojaba con él. Como favor me pedía que saliéramos con su hermana, sólo para comprobar que no se podía hablar con ella porque todo le parecía mal si no estabas de acuerdo con lo que opinaba.

Su trabajo, como el de todos, era estresante, y lo que menos quería es llegar a su casa a recibir reclamos de hermana enojada y frustrada con la vida.

Heriberto y Sandra, mis dos mejores amigos.

Todo esto trajo consecuencias a su salud, comenzó a enfermar de manera súbita y grave. Estuvo internado dos veces. La primera tardo varios días y salió con 20 kilos menos, su sonrisa se desvaneció. La segunda… mi mejor amiga me llamó y no lo volví a ver.

En su funeral no pude llorarle tanto porque no lo podía aceptar.  Pero, a lo largo de estos meses sin él, le he llorado mucho, es un vacio muy grande en alma.
.
Hace unos días, cuando venía a la oficina, sentí la necesidad de hablarle. Desde que enfermo, tenía que ir a la clínica por su medicamento, cuando salía me llamaba y yo pasaba por el para irnos al trabajo, nos quedaba cerca un centro comercial y llegábamos por el desayuno. Todo el camino, hasta llegar a su oficina, platicábamos de todo, nos reíamos. Y eso fue lo que hice, hablar con el cuándo venia para la oficina.

Lo que siento por el no ha cambiado ni disminuido, sigue siendo tan fuerte como siempre. El es y será uno de los hombres más importantes en toda mi vida.





1 comentario:

  1. Todo un ejemplo de vida ¡¡ personas asi no hay tantas como deberia, lo mejor es llevarlos siempre en el corazon.

    ResponderEliminar