martes, 26 de diciembre de 2017

De visita en Zipolite

En esta ocasión les contare de una experiencia de viaje que acabamos de realizar mi Pal y yo; está claro, desde mi punto de vista y experiencia, ya que mi Pal diría en algunos puntos Me dejaste…”, Así de fácil no paso, así que acarado ese punto comenzamosesta es terceratercera llamada.

Pues nos tomamos unas vacaciones que como dirían no sabemos si son justas, pero si necesarias, y nos fuimos a Huatulco, Oaxaca; esto pues sabíamos que aún era temporada baja y que no encontraríamos tantos turistas y sobre todo niños gritones

Como parte de los lugares que queríamos visitar se encontraba la playa de Zipolite, es una localidad perteneciente al municipio de San Pedro Pochutla. Por lo que se encuentra aprox. a unos 100 kilómetros de Huatulco, tendríamos que tomar transporte para llegar ahí; bueno quizás te preguntas que tiene de especial este viaje o donde esta lo interesantepues lo interesante es que, esta es la playa oficial nudista de México en el Pacifico.

La aventura comienza al tomar un camión en la central camionera, mismo que nos dejó en el entronque de Pochutla, y el conductor muy amablemente nos dijo que tomáramos otro transporte que nos llevaría, este otro transporte resulto ser un taxi colectivo, que en otras palabras, es un coche sardina donde entran mientras no roce el suelo el coche.

El camino es de bajada, hasta que nos pregunta el chofer “¿a q parte de Zipolite van? y nosotros a la playa, el conductor si, pero a que parte?, nosotros pues donde podamos caminar para la playa, pues en ese momento que se frena en medio de una curva y dice ah pues bájense ya ahí está la entrada y caminan

Caminamos unos metros sobre una calle y encontramos un letrero que decía Zipolite Playa del amor y pensamos que por fin habíamos llegado, pero ¿x q una entrada tan rustica? Bueno pasamos y la playa al principio nada del otro mundo, según mis cálculos tiene unos 2 kilómetros de largo, así que decidimos mejor empezar a adentrarnos un poco, no quedarnos ahí mismo en la entrada.

El oleaje es tranquilo, en unas partes la arena es un poco más dura, el sol cae a plomo y sentimos como quema, pero no hace tanto calor como podríamos pensarlo, el agua esta fría, por lo que al llegar a los pies te refresca; Zipolite es una playa casi virgen, no hay grandes hoteles a la orilla, únicamente pequeños hostalitos, restaurantes y algunas otras cosas y justo detrás de estos, pasa la calle principal de Zipolite, la única por cierto que esta pavimentada. Mientras vamos caminando nos damos cuenta que es una playa muy tranquila en cuanto al número de personas que vemos, la primera persona que vemos es una chica en bikini tomando el sol, lo que se nos hace raro, continuamos caminando y vemos nuestro primer botero, parece que tuviese algunos días en la playa pues la piel esta más que bronceada, pero para nuestra misión, este se encuentra desnudo, por lo que decidimos seguir caminando hasta donde se ve más gente dentro de la playa. Al continuar caminando aparecen unas chavas en top less, bueno ya vamos viendo más de la playa, hay otros señores sin ropa en el agua, es extraño pasar y que verlos así, pero no se incomodan ni inmutan, para eso están ahí.

Llegamos a una palapa a sentarnos, resguardarnos del sol y volver a aplicar el bloqueador. Es un ambiente tranquilo, atrás de nosotros esta una mesa con gringos comiendo, de un lado está el que suponemos da clases de surf, le dicen “águila, me gusta su tatuaje en la espalda con el escudo nacional; pedimos un agua de sandía y nos ponemos bloqueador, ya que el sol car a plomo.

Ha pasado un rato desde que llegamos por lo que de la nada y después de haberlo pensado un poco y fríamente, tomo la toalla y camino unos 30 metro de donde estamos en dirección a la playa, la extiendo sobre la arena y me recuesto sobre ella, volteamos para ambos lados de la playa para ver cuanta gente tenemos alrededor, en el agua unas cuantas personas, a mi derecha unas chavas tomando el sol, lo impresionante es como todos tienen la, no sé si llamarlo habilidad de no prestar atención a su alrededor o por lo menos disimularlo muy bien, (obvio es una de las reglas de un tipo de lugares así),pero todo están como si fuera cualquier otra playa; ya habiendo revisado el terreno, procedemos a quitar el traje de baño y colocarlo junto, la sensación es extraña aunada a algunos pensamientos como: como estar así en una playa, “¿me puse bloqueador?, la corriente de aire cruza ligeramente y refresca gratamente, la sensación es digamos liberadora, procedemos a tostarnos dando vuelta como quesadilla, es decir, por los 2 lados después de todo el bronceado debe de quedar parejo no?

Como el sol quema es necesario refrescarnos un poco, lo cual implica meterse al agua, lo cual implica tener que levantarse jajaja, pues bueno ya estamos aquí así que a darle átomos, primero es levantarse y llegar al agua, teniendo las miradas sobre uno, pero bueno llegamos al agua y parece que todo está bien, pasa junto a mí  una de la gringas que estaba comiendo atrás de nuestra mesa  y tenemos q quedarnos quitos, no inmutarnos como los demás; pues la experiencia es rara al principio, entrando y saliendo de las olas, lo hemos logrado!!! Por lo que regresamos a la toalla o volver a tomar un poco de sol, la primera parte ha terminado, así que esperamos a estar secos, ponernos en traje de baño y regresamos al restaurant.

Esto es algo nuevo que nos toca hacer en las vacaciones, después fue el regresar, que nadie nos hacia la parada, además de que los taxis que pasaban venían llenos, hasta que uno de ellos si venia libre y pues adentro, lo hubiéramos caminado hasta el crucero donde tomaríamos el camión, pero eran 10km de subida y andábamos con sandalias, lo cual iba a ser muuuy incomodo, pero al final regresamos con bien y si, regresaría a esa experiencia.

La moraleja quizás pueda ser hacer cosas diferentes, el hubiera no existe.