martes, 19 de junio de 2012

DE PASAPORTES Y VISAS…


Mi mama me regalo una alcancía, que vimos en un tianguis de artesanías, era de un puerquito muy simpático, lo cual era buena señal porque así no me pesaría dejarle dinero para que me lo guardara en su gran “puerquecito”. Cuando lo sentí bastante pesado, y estaba cerca mi cumpleaños, me puse a pensar que me podría regalar con ese dinero y surgió la idea: el pasaporte.

Así que me dedique a investigar todo el trámite para obtenerlo. Lo primero fue entrar a la página de relaciones exteriores, reunir los documentos que pedían, verificar vigencia y costos, y agendar la cita. Hasta ahí vamos bien… así que justo el día de mi cumpleaños iba con mi pago, los documentos en original  y copia, y las fotos que solicitaban.

Llegue al mostrador unos minutos antes de mi cita, me dejaron pasar a la segunda de mis filas, al revisar mis documentos hubo un detalle en el acta de nacimiento, alguna firma o sello, y me pidieron que regresara con otra acta, pequeño inconveniente, la ventaja es que vivo cerca de ahí y si tenía otra acta. Y de regreso.

Todo lo demás fue algo de rutina, revisar papeles, firmarlos, pasar a la foto… la foto fue una falta grave de información, como suponía que con las fotos que llevaba eran para el pasaporte (por eso  las piden tamaño pasaporte), y yo estaba en mis vacaciones del trabajo, ese día iba prácticamente sin maquillaje y con mi playera de regalo de cumpleaños, así que mi sorpresa y negativa a la foto tenía un sustento muy bueno, nadie me dijo que me tomarían una foto digital y esa sería la que pondrían en mi pasaporte. Después de varias filas y 6 horas, tenía en mis manos el pasaporte.

El siguiente paso era la visa. Digo si ya andaba en esto de los trámites y las filas.

Para la visa fue algo mas tardado. Lo primero era, igual que el pasaporte, entrar a la pagina, verificar costo ($160 USD), documentos (todos los que le digan a los gringos que no me quiero quedar en su país) y programar la cita. Pagar fue lo más fácil (que raro!), porque hasta puedes pagar ahí mismo en la página con tarjeta de crédito o correr al banco con la ficha que ya tienen lista. A continuación programar la cita, que en realidad son dos citas; hay que elegir el lugar donde quieres tramitar todo (yo elegí el D.F.), verificar la disponibilidad en los dos lugares para las citas, la primera es para tomar impresión de tus huellas digitales y la foto. La segunda es propiamente el trámite de la visa. Así mismo, contestar bastantes preguntas respecto al motivo de tu viaje, el tipo de visa que solicitas, el lugar adonde piensas ir (aquí te sugieren que solo tengas idea de donde quieres ir, no que ya tengas comprado el viaje), tus datos personales, en donde trabajas, cuanto ganas o como puedes solventar tu viaje, que si eres terrorista y piensas unirte a las fuerzas del mal para hacerle daño a su país, preguntas básicas.

Dos días antes empecé a recabar todo lo necesario: constancias de la escuela, estados de cuenta bancarios, recibos de nomina, de afore, y algunos otros documentos que yo consideraba servirían para el propósito, con sus respectivas copias (solo por si acaso, porque piden los originales). Mis citas eran el jueves a las 4:30 pm en el CAS (Centro de Atención al Solicitante, en la calle Hamburgo) y el viernes a las 10:30 am en la embajada sobre paseo de la Reforma.

El jueves arregle con mucho detalle todos mis documentos, en orden y con clips de colores, imprimí mis comprobantes de cita, verifique mi ruta y ahí voy. Me baje del metrobus en la estación de Hamburgo y de ahí a buscar el numero, claro que mi desorientación natural me hizo caminar dos cuadras en sentido contrario, corregí el rumbo y ahora sí, encontré el numero pregunte desde que hora empezarían a formarse los de mi horario y me fui a pasear un rato. Regrese 3:30 pm a empezar mi segunda tanda de filas (la primera fue con el pasaporte). El de seguridad con su gran megáfono decía: los de citas de 3:40, 3:50 y 4:00 fórmense a la derecha sin pasar la línea amarilla, los demás háganse a un lado, y los que están estorbando el paso de la banqueta desalojen. A las 4:00 p.m. toco el turno de formarse a los de las 4:30 p.m., la primer indicación: coloquen su hoja con código de barras y de confirmación de cita (que mandan por correo electrónico) en medio del pasaporte. Empezamos a avanzar, llegamos a la puerta y la revisión con detector de metales, después seguir la línea amarilla en el piso y llegar a un mostrador donde está el lector de código de barras. Aquí es importante que el código este claro porque si no lo lee te sacan de la fila y a reimprimirlo, pero nada de desesperarse, afuera hay lugares donde te ayudan a corregir este tipo de detalles por un costo proporcional a tu urgencia.

Enseguida entras y te indican en que ventanilla te toca para la foto, nada de aretes si eres mujer. Primero las huellas digitales y después la foto y para afuera. Relativamente rápido.

Para la segunda cita, y mi tercera tanda de filas, me fui un poco más tarde, digo ya me sabia el caminito. Llegue justo a las 9:30 a.m. a la embajada, con mi sobre de documentos que no se tocaron el día anterior. Cabe aclarar que es recomendable no llevar celular a las citas, pero que si lo llevas tienen unas bolsitas de plástico donde te lo guardan los de seguridad. La primera fila fue en la banqueta, a un costado de la entrada principal de la embajada. Después entramos a la calle que tienen cerrada para hacer mas filas, jajajaja, ahí ya había un tejado, algunas bancas (llenas por supuesto) y lo que parecían carriles para carreras donde nos teníamos que formar de nuevo. En seguida un nuevo avance a un pasillo techado donde nos sellaron de nuevo la hoja del código de barras y verificaron el pasaporte, hasta ahí íbamos relativamente rápido, pero ahí mismo empezó una espera bastante cansada. Avanzábamos cada 20 o 30 minutos y solo algunos cuantos pasos.

Después llegamos a la puerta para seguir a otro mostrador donde de nuevo revisaron el código de barras y el pasaporte, engraparon un turno en la hoja y nos indicaron que con ese número nos atenderían hasta la salida, que no moviéramos la hoja de en medio del pasaporte. Otra fila más para pasar por el detector de metales y los rayos x para cualquier cosa que llevaras. La chava que iba delante de mi le hicieron quitarse hasta los zapatos porque cada vez que pasaba sonaba y sonaba el detector. Lo siguiente fue sentarnos a esperar nuestro turno para verificar la foto y tus datos. Ibas a un escritorio y ahí era cuestión de cinco minutos. Te mandaban a otra fila para verificar huellas digitales y de nuevo a sentarte, en la segunda larga espera, pero ahora sentados.

La otra sala, donde ya eran las entrevistas, empezó a vaciarse conforme pasaban los turnos, veíamos caras felices, caras de enojo y otras muy tristes, incluso con algunas lagrimas. Mientras tanto empezábamos a platicar entre los que estábamos ahí, todos conocían al menos una historia de terror donde el final era la negación de la visa. La infinidad de papeles que llevaban para comprobar su solvencia y estabilidad hacían ver mi sobre con mis tres documentos muy inadecuado para la ocasión, pero bueno ya estaba ahí.

Por fin nos pasaron a la otra sala, la de las entrevistas, y empezaron a avanzar demasiado rápido los turnos. Antes de darme cuenta ya iban en el 730 y yo era el 739. Decidí no pensar en nada; ni bueno ni malo. Respire profundo cuando llego mi turno, llegue a la ventanilla entregue mi pasaporte, prepare mis papeles y empezaron las preguntas: nombre, donde trabaja, cuánto gana, adonde va, cuándo y por cuanto tiempo, cuánto tiempo tiene en su empleo, una pausa, ahí suponía empezaría a pedirme todos los papeles que se le ocurrieran pero… me entrego una copia media carta y  me dice: su visa esta aprobada entre 5 a 10 días hábiles estará en la paquetería que eligió. ZAS! Eso era todo? Le pregunte. Si eso es todo que tenga buena tarde. Estaba en shock y con una sonrisa en la cara. Tome mis papeles y me fui. Eran justo las 2:35 p.m. de ese viernes.

Muchas personas me dicen que fue realmente “suerte” lo que me paso, porque no se explican en realidad los parámetros que toman para decir que alguien tiene aprobada su visa o no. Yo no puedo llamarle suerte, tenía todos mis documentos preparados, hice el trámite al pie de la letra, llegue a tiempo, mi paciencia ayudo mucho y conocí a personas muy interesantes en mis largas esperas. Lo único que puedo agregar es que no pensé en nada y la verdad estuve rezando antes y mientras estaba en la ventanilla; y hace rato me llego el aviso de la paquetería que ya tenían el pasaporte con mi visa.


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