Se me ocurrió que podría reunir a sus amigos con mis amigos, hacer algunos guisados, rentar un futbolito (como los de las ferias) o un karaoke. Eso del karaoke ya lo tengo muy probado, de que es divertido y bastante, es cuando cualquiera se siente un Ricky Martin o una Selena.
Comencé con mandar un correo a sus amigos para que fueran considerando la fecha en que vendrían, así como ofrecerles un grandioso tour aprovechando el viaje.
En la espera de respuesta se fue complicando todo, y lo principal, el presupuesto se fue esfumando así como los invitados y las ideas para la fiesta. Así que decidí que el festejo seria solo entre mi pal y yo, pero dejando pendiente esa reunión para otra ocasión.
Mi pal me había dicho que no le comprara nada, pero unos días antes de verlo me llama por teléfono y me dice:
- Ya me compraste algo de regalo?
- Me dijiste que no. Porque quieres saber?
- Tú dime si ya me compraste algo…?
- Pues si ya te compre algo…
- Que me compraste?
- Algo… es una sorpresa.
- Dime, me compraste algo para el x-box?
- Ay, si te compre algo para el x-box…
- Dime que es… es un juego?
- No, no es un juego y estas arruinando la sorpresa.
- Ah! Ya se es el cargador que habíamos visto.
- Si eso es…
- Lo sabía. Entonces puedes ir a comprar un juego que esta de oferta.
Los hombres suelen ser demasiado incoherentes, y las mujeres muy detallistas. Y si, le compre su cargador, digamos es mucho mensaje subliminal ir a preguntar varias veces por algo sin comprarlo y a punto de ser su cumpleaños.
Para empezar me lo lleve a comer, había tres tipos de cortes y no sabía por cual decidirse, pero ya cuando leyó un poco la carta y vio el tamaño de la carne fue cuando eligió. Sin embargo, cuando llego el plato dijo: “está muy pequeña”. Cuando termine mi platillo mi pal llevaba apenas la mitad de la carne y corrigió: “creo que si estaba grande” jajaja.
Al otro día para almorzar nos fuimos a un lugar donde había visto que todos los desayunos estaban a un mismo precio, así que llegamos, nos instalamos y preguntamos por la promoción, la mesera nos dice: “la promoción solo es de lunes a sábado”; el hambre ya estaba fuerte por lo que nos quedamos, después revisaríamos el letrero para ver si estaba escrito eso que nos dijo antes de quejarnos. Al final, y después de no quejarnos, aprovechamos el internet gratis en el estacionamiento.
Para la noche fue pizza y futbol. Como el equipo de mi pal perdió, digamos que la pizza estaba rica.
Y eso fue todo el festejo.
Después de la cena le comente que había pensando hacerle una fiesta sorpresa pero que no se había podido por diversos motivos. Pero que en otra ocasión haríamos el festejo ya con los amigos.
Hablando con un amigo respecto a todo lo que había planeado para esta fecha, el me dice que las mujeres siempre somos así, es mas lo que damos que lo que recibimos; los detalles se nos dan por naturaleza y procuramos que las personas se sientan bien en fechas especiales. Y eso verdad.
También es muy cierto que en las parejas debe de haber equilibrio. Yo creo que el equilibrio es la base de una relación, llámese como se llame, si es tu cumpleaños me toca a mi procurar que estés a gusto y con las personas que te quieren. Si tienes problemas, me toca a mi animarte y ayudarte en lo que pueda. Si tu estas feliz y yo un poco deprimida, entonces anímame un poco.
Y es lo mismo con los detalles. He oído muchas quejas de amigas y familiares respecto a que no se sienten “apreciadas” en ese aspecto, sobre todo en fechas especiales. Mis primas, regularmente, esperan que su marido e hijos tengan algo especial para ellas en sus cumpleaños o alguna fecha especial como aniversario de bodas, pero en la tarde llegan a mi casa, algo decepcionadas, y ahí es donde decidimos festejarlas.
Es muy cierto que cada vez es más la vida acelerada que llevamos y que se pueden olvidar muchas cosas, pero también es muy cierto que hay momentos, fechas, ocasiones que no se deben pasar, que con solo un abrazo muy fuerte o un detalle pueden volverse inolvidables.
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