domingo, 18 de diciembre de 2016

Baterias externas


Las baterías externas están en auge, puedo decir esto ya que me acaban de regalar una en el intercambio de la oficina, además de que ya las había visto rondar mucho por ahí. Los nuevos smartphones siguen sacando accesorios que cada vez e vuelven indispensables, quizás con maña de los fabricantes o no, ¿qué soluciones tenemos?

 Accesorios como las baterías externas pueden darnos ese extra de energía fundamental en muchas situaciones, digo, ir jugando Pokemon si bien no consume muchos datos, si lo hace con la batería, pero fuera de esos mínimos detalles, podemos decir que son excelentes tras largos viajes o excursiones donde no tendremos a nuestra disposición un enchufe de pared. Pero ahora que me dieron una, me he preguntado como saber si es la adecuada para mi teléfono, cuantas cargas podre hacer con ella, como hubiera seleccionado la batería por mi cuenta.

¿Por qué tener una batería externa?

Si retrocedemos diez años en el tiempo, la autonomía de los teléfonos NO era un problema, mi Nokia podía contener la batería por una semana, si estás leyendo bien, una semana y con el tono de Caminos de Michoacán tocando.

Desde entonces las cosas han cambiado mucho. La llegada de los smartphones ha cambiado radicalmente la forma en la que disfrutamos del celular, lo usamos para todo, literalmente para todo, desde tomar una foto, recibir correos, entrar a nuestras redes sociales y hasta hacer llamadas telefónicas; incluso son unas pocas horas con un uso intensivo lo que ya puede durar la batería. Muchos de los smartphones tienen, además, batería integrada difícilmente reemplazable, con lo que tampoco puede sustituirse para revitalizar el dispositivo.

 Una de las soluciones a las que ha llegado la industria son las baterías externas. No es un invento novedoso o innovador, si no práctico y funcional con el que aplicar un parche al problema. Las baterías externas funcionan como un continente que almacena energía. Se recargan como las baterías de los smartphones, para luego transmitir esa energía contenida al nuevo soporte.

 Es importante mencionar que aunque estemos habituados a utilizarlas con nuestros smartphones, también pueden cargar otros dispositivos (típicamente cualquiera que se cargue mediante USB, como tablets, lectores de libros electrónicos o cámaras de fotos) e incluso existen modelos más potentes que pueden añadir carga a ordenadores portátiles.

 Si nos centramos en las más comunes, las baterías externas para smartphones suelen ser pequeñas y relativamente económicas. Lo suficientemente pequeñas como para ser fácilmente transportables, y con un costo accesible desde algunos cientos de pesos hasta incluso llegar a los miles.

Características a tener en cuenta

Lo más habitual es medir la capacidad de las baterías externas en mAh., mili-amperios horas, la misma unidad utilizada en las baterías internas de los smartphones. Para muchos no es la mejor medida de la 'carga' de una batería, pero hay que decir que es la más extendida en la industria.

 Un ejemplo práctico: si nuestro smartphone tiene una batería de 2.000 mAh., una batería externa de 2.000 mAh. sería capaz de realizar un ciclo completo de carga, esto es, cargarla al completo partiendo de que está completamente agotada.

 Como con los cargadores, existe una característica importante: la intensidad de la corriente, medida en amperios (A.) en el Sistema Internacional e íntimamente ligada con la 'velocidad de carga': a mayor amperaje, más rápido cargará la batería. Nos referimos al amperaje de salida de la batería externa, que es el elemento del que "sale" la energía en dirección a la batería del dispositivo final.

 El amperaje es importante no sólo por la 'velocidad' de la carga: también puede ser un problema, ya que un exceso de intensidad de la corriente puede dañar las baterías, ya sea a corto o a largo plazo. Como referencia, un cargador de pared de smartphone suele ofrecer en torno a 1 A., según marca y modelo. También debemos mencionar que cuanto mayor sea la intensidad con la que se carga una batería, menor será la durabilidad de ésta a lo largo del tiempo; en otras palabras: cuanto más 'lento' (menor amperaje) sea el proceso de carga de una batería, mayor será su vida útil.

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