lunes, 22 de febrero de 2016

El reto de ser pareja...


Bueno este blog es algo especial, quisiera tratar de expresar un tema importante y que creo que no todos podemos entender el significado de una palabra “pareja”, si bien la teoría del mundo es poder llegar a “tener” que presupone poseer, no todos pueden llegar a serlo, no muchos parecen lograr hacer los vínculos, o que perduren.

El verdadero trabajo de la pareja consiste en alcanzar un grado intimidad satisfactoria (y quiero hacer énfasis que en ningún momento el significado de intimidad tiene que ver con algo carnal) y de compromiso eficaz, que permita a la relación avanzar, el crecimiento de las personas y consolidarse positivamente. He allí lo que en mi opinión constituye “el reto de ser pareja”, lo cual implica en términos resumidos: conocerse, aceptarse, valorarse, apoyarse y desarrollar mecanismos de creación de acuerdos y resolución de problemas o contingencias.
Conocerse es fundamental en una pareja, pues muchas veces las personas tienden a fingir, adaptarse y mostrar su mejor rostro y al mostrarse de esa forma no se llegara a serlo, requiere de mucho esfuerzo y compromiso. Sin embargo, mientras más se conocen, se van conociendo y lo ideal cede paso a lo real, descubrimos detalles desconocidos del otro, muchos de ellos desagradables, ¿qué tanto conocen a quien ustedes consideran su pareja, pueden decir entre 2 platillos cual tomaría?.

Creo que ser una pareja s poder decir de la otra persona sus valores, metas,  objetivos, estilos de comunicación, gustos, hábitos alimenticios, temores,  preferencias musicales, se resumen sus tendencias de personalidad.
Conocer sus valores significa informarse acerca de lo que la persona valora como bueno o malo, aceptable o inaceptable, negociable o no negociable, normal o anormal. Sus pautas éticas y morales, sus convicciones políticas y religiosas. Sus ideas centrales de sí mismo, la gente y la vida. Conocer sus objetivos, lo que espera ser, hacer o tener, conocer sus hábitos, nos mostrará lo que veremos a diario en el plan de la convivencia cotidiana.

Otro aspecto del reto de ser pareja es la aceptación, si si si, ya se que todos decimos que aceptamos al otro, pero muchas veces este concepto cambia pues “esperamos” que la otra persona cambie o se amolde a nosotros; si ls interesa, pueden leer “El caballero de la armadura oxidada”, especialmente de aquello que no es posible cambiar. Muchas personas libran verdaderas luchas de poder y dominio para tratar de cambiar al otro y adecuarlo a la propia manea de ser o ver de la vida. Lo típico es que luego de mucho dolor y desgaste, se aprenda que “los gatos no ladran” y que aquello que no se acepta, produce sufrimiento. La aceptación es una pieza clave, de lo que se trata es de reconocer aquello que es parte de la manera natural de ser del otro, de su temperamento, de su identidad, y ver si se puede convivir con eso.
En cuanto a la valoración, se trata del reconocimiento diario de lo positivo que vemos en la pareja, de su esfuerzo y su aporte a hacer crecer a la otra persona. Esto se expresa en halagos, mimos, detalles románticos, que muestran consideración, reconocimiento, hasta un simple mensaje en la mañana que pueda decir “Buenos días” o solo “estoy pensando en ti”. Un hábito negativo en este sentido, es considerar que nuestra pareja “debe” hacerlo y por eso no considerar importante las demostraciones de gratitud. Este es un error que se paga caro, por lo que la recomendación es agradecer todo cuanto se reciba, pues esa actitud motiva al otro a dar sin desmotivarse. Ya lo dice la psicología conductista: “Toda conducta premiada tiende a permanecer”.

Siempre siempre se debe de trabajar, esforzarse amorosamente (sin que esto signifique sacrificios mortificantes) para conocerse y saber de qué material está hecha, aceptarse para evitar las luchas internas que matan el amor, y valorarse para mantener el interés y la motivación viva por todo el tiempo que sea posible. Algunas conductas que favorecen la relación y que permiten superar el reto de ser pareja, son:
Hablar frecuentemente para evitar resentimientos y resolver conflictos.

Generar acuerdos sobre qué, cómo y cuándo se decidirá en cada momento importante.
Expresar los sentimientos abiertamente para permitir una verdadera comunión de corazones y mentes.

Poner límites que definan lo que será aceptado y lo que no será aceptado.
Apoyarse mutuamente y superar el egoísmo, sin crear dependencias.

Crear reglas propias para que el diseño del vínculo sea acorde con sus maneras de ser.
Yo no creo que se deba de estar pegado todo el tiempo con las personas para poder identificar todo lo mencionado arriba, creo que si bien la distancia puede ser un factor importante a considerar, no es determinante para la relación, no creo que tener un titulo como novi@ o espos@ nos convierta en pareja, por ejemplo tengo una muestra de 2 personas que están casadas y literalmente se desconocen, no se ayuda, no se hablan, no se ayudan a crecer y por ejemplo quienes no “son nada” muestran un compromiso entre ellos de ayudarse, estar pendientes, etc.

Y si, yo podría decir que lo soy.

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