lunes, 13 de octubre de 2014

Michu: la enfermita de la casa....


Saben, desde hace un mes en la casa se vive una atmosfera un poco rara y quizás algunos de ustedes ya la han tenido o sentido de esta forma, y se debe a que nuestro gatito (Michu) anda enfermita, aunque hay que decir que pasa su edad felina está muy bien, un día regresando de un viaje me dijeron que había estado con temperatura y que no quería comer.

La empezamos a llevar al veterinario y nos dijo que tenía una infección en su hígado y pues por eso estaba dejando de comer y que podía llegar a un punto de morir si dejaba de comer, lo cual obviamente encendió las luces rojas en la casa y de inmediato nos movilizamos a comprarle su medicina, eso fue lo sencillo…lo difícil fue hacer que se la tomara pues se pone necia a tomar medicina.

Los días pasaban y como que no veíamos que mejorara, por lo mismo un extraño pensamiento cruzo no se si por las cabezas de las demás personas, pero por la mia si, que quizás era tiempo de que nos dejaría… y la verdad es que se siente feo cuando lo piensas y de pronto pasan por tu cabeza todos los momento con tu mascota, como desde que abrías la puerta y salía para verte, despertarle a las 6am pues tiene hambre y cuando quería tu calcetín.

En fin…el punto es: has pensado que pasaría si perdiera a tu mascota? Muchas personas se sorprenden ante las emociones que afloran tras la muerte de su compañero de cuatro patas. Pues vale la pena recordar que es parte de nuestra vida, de nuestra rutina y de nuestro hogar.

A menudo, no somos conscientes de que, no sólo pasamos duelo por el animal al que tanto amamos, sino también lloramos la pérdida de esa época feliz de nuestra vida, por todo lo que nos ha dado durante ese tiempo y por los lazos que ayudó a crear.

Seguro que habrá personas que no entiendan estos sentimientos ni sepan valorar la tristeza que provocan (sobre todo de aquellos que siempre han pensado aquello de que “no es más que un gato”). Pero por ejemplo, para las personas que pasan el 90% del tiempo con ellos es un sentimiento de pérdida muy grande, por lo que no debemos de dejarlos solos o estar pendiente de sus reacciones.

Al buscar un poco al respecto de lo que se podría hacer, encontré estas pequeñas reflexiones que me gustaría compartir con ustedes, que quizás en algún momento les puedan ser de utilidad:
 
Que podemos hacer para superar el dolor

• Pon palabras a tu despedida.

Escribir una carta dedicada, ayuda a ordenar ideas y a expresar sentimientos. En unas cuantas palabras se puede recoger el laberinto de sentimientos que atravesamos y agradecer amigo, el tiempo que nos ha dedicado y todo lo que ha aportado en nuestra vida.

Preparar algo para recordarlo en el futuro, puede ser una buena forma de empezar a asumir la pérdida.

En función de nuestra ideología y presupuesto, podemos celebrar una pequeña ceremonia de despedida. Hay cementerios de animales que nos pueden ayudar con esta tarea e, incluso hay páginas web, para recordar a nuestro peludo por siempre. Esta acción tiene la triple función de calmar el dolor inicial, desahogarte ante la familia y amigos cercanos y despedirte de tu amigo, diciéndole de una forma especial lo que ha supuesto el tiempo que habéis compartido.

• Aprender a convivir con las rutinas:

El tiempo que habéis compartido estaba lleno de horarios y rutinas que ahora se pueden volver una pesada carga. Es recomendable conservar, al menos por un tiempo, esos hábitos. Sal y pasea, mientras recuerdas todo lo que habéis compartido, el tiempo que pasasteis juntos, los juegos, las risas y los buenos momentos. Poco a poco, podrás ir sustituyendo rutinas por otras actividades que te resulten agradables porque es importante seguir adelante con la sensación de poder recordar a nuestro amigo siempre que sintamos la necesidad, pero siempre con una sonrisa en los labios porque hemos sido capaces de aprender a vivir sin su presencia..

• Es insustituible.

Nunca tengas otro para reemplazar al desaparecido. Las comparaciones son odiosas y es difícil apreciar al nuevo animal tal y como es, cuando nos dedicamos a intentar reconocer en él al que ya no está. Cada uno es único, con una personalidad diferente y una forma de comportarse particular. Tómate tu tiempo antes de dar el paso. Una vez hayas aceptado la muerte, entonces estarás preparado para otro y darle todo ese cariño que sientes por estos animales.

La pérdida de nuestra mascota es un momento difícil, sin duda, pero no debemos perder de vista que, con el paso del tiempo, los recuerdos se convierten en algo agradable y se disipa el dolor. El tiempo que nos ha regalado el animal es algo que valoraremos aún más y debemos tener presente que siempre ha sido y será un miembro querido y recordado de la familia. No hay un período establecido para que la pena remita, pero lo que es seguro es que lo hará.

 

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