lunes, 14 de enero de 2013

DIETA SI, DIETA NO





 La mayoría de nosotros tendemos a dejarnos llevar por los antojos en el famoso puente Guadalupe-Reyes (12 de Diciembre a 6 de Enero) y algunos más persistentes hasta el día de la Candelaria (2 de Febrero),  y como consecuencia la bascula empieza a tener un efecto “aumentativo”  hasta lograr hacernos creer que no somos nosotros si la bascula que se ha descompuesto.

Al darnos cuenta de la cruda realidad de inmediato surge la idea de la dieta, buscando en internet encontré esta: La Dieta del Repollo.

En qué consiste?
Su platillo principal es la sopa de repollo, a la que además de col, se le agregan otros ingredientes, como jitomate, pimiento verde, zanahoria, apio, champiñones y cebolla.

El plan consiste en consumir dos porciones diarias de sopa de repollo, junto con algunas frutas y vegetales, así como leche descremada, carne magra y arroz salvaje, por siete días. Hay que tomar mucha agua y evitar el alcohol.

Los especialistas en salud, señalan que no se trata de la sopa o la col en sí, sino de una dieta con un aporte mínimo de calorías lo que puede promover una rápida pérdida de peso. Además, con un promedio de entre 800 y 1.050 calorías, y un menú sumamente limitado, este régimen entra en la categoría de riesgoso para la salud, si se prolonga por más de una semana, o si se recurre a él de manera frecuente.

Dietas milagro.

Existen bastante (des)información en internet acerca de dietas “milagro”, o que te prometen tener la figura de Katy Perry en menos de un mes, o bajar 5 kilos antes de esa fiesta que tanto esperabas y poder entrar en ese mega vestido entallado que tanto has soñado.  Aquí las características de estas “dietas” para que sepas a que te arriesgas:

Dietas hipocalóricas desequilibradas: La dieta de la Clínica Mayo, Dieta “toma la mitad”, Dieta Gourmet, Dieta Cero… Tras finalizar alguna de estas dietas, se produce un aumento de masa-grasa y una pérdida de masa muscular, provocando así un efecto rebote.

Dietas disociativas: La dieta de Hay o Disociada, Régimen de Shelton, Dieta Hollywood, Dieta de Montignac, Antidieta, etc. Exponen que los alimentos no contribuyen al aumento de peso por sí mismos, sino al consumirse en combinación con otros. Esta teoría es completamente errónea, ya que el cuerpo es capaz de asimilar distintos nutrientes a la vez sin sufrir ningún efecto negativo.

Dietas excluyentes: Consisten en eliminar de la dieta algún nutriente. Estas dietas pueden ser ricas en hidratos de carbono (azucares) y sin lípidos (grasas) y proteínas (la Dieta Dr. Prittikin y la Dieta del Dr. Haas), ricas en proteínas y sin hidratos de carbono (Dieta de Scardale, Dieta de los Astronautas, Dieta de Hollywood y la Dieta de la Proteína Líquida. Producen sobrecarga renal y hepática), ricas en grasa (Dieta de Atkins, Dieta de Lutz. Se conocen como dietas “cetogénicas”(generar una situación de cetosis, parecido al ayuno). Pueden producir alteraciones en el metabolismo).

Dietas de bajo valor energético (entre 400 y 1.000 Kcal./día): Algunas dietas que no aportan la energía que necesitamos para llevar a cabo las funciones vitales de cada día. Esto se traduce en efectos negativos para el organismo.  La del repollo.

Dietas pobres en hidratos de carbono y ricas en grasas: Prometen resultados rápidos si únicamente se comen alimentos grasos y calóricos (Dieta de Atkins o Scardale). Pueden producir mareos, riesgo de deshidratación, colesterol, ácido úrico… Además, el escaso aporte de alimentos ricos en fibra (verduras y hortalizas, frutas, cereales integrales) favorece el estreñimiento.

Dietas ricas en hidratos de carbono: Recomiendan un elevado consumo de alimentos ricos en hidratos de carbono y limitan los alimentos proteicos y grasos. En exceso de fibra que esta alimentación supone afecta a la absorción de sales minerales y puede provocar trastornos intestinales como diarreas o cólicos abdominales.

Mono-dietas: Promueven el consumo de un alimento concreto (suele dar nombre a la dieta: dieta de la alcachofa, de la piña...), al que le atribuyen propiedades excepcionales. Estas dietas rompen el ritmo alimentario normal y pueden provocar serias carencias nutricionales.

Dietas "pintorescas”: Utilizan el nombre de personajes famosos para hacer publicidad de esta dieta.

Dietas Altas en Proteínas: También suelen ser altas en grasa y escasas en nutrientes básicos (minerales y vitaminas).

Dieta de la sopa “comegrasa”: Consiste en una sopa a base de verduras que hace perder de 6,5 a 8,5 kilos en una semana. Es una dieta hipocalórica totalmente desequilibrada. Lo único que se consigue es perder agua y masa muscular y, al abandonarla, el efecto rebote es inmediato. Intentar perder esta cantidad de kilos semanalmente es completamente insano.

Dieta de frutas: Son dietas totalmente desequilibradas. Se pierde mucho líquido, por lo que el peso se recupera justo después de abandonarlas.

Dietas “Light”: Son las dietas que recomiendan el consumo de productos “light” para adelgazar, pero estos productos, aunque tengan menos calorías, por sí solos no adelgaza
Como es bien sabido, una dieta “milagro” no es la solución a los problemas de excesos temporales o sobrepeso, una dieta bien equilibrada y llevado al pie de la letra es la mejor opción para mantenernos en peso  y mejorar nuestra salud.

Recuerda que la dieta es el conjunto de alimentos que consumimos, todo lo que comes es ya tu dieta, pero no bien pensada así que incluyelo en tus propósitos:

1. Tu dieta debe incluir líquidos, frutas, verduras, lácteos y carnes o proteínas. Lo mejor es que visites a un especialista.

2. No inicias una dieta sino una nueva forma de comer, así que aplícate y crea tu disciplina. Apunta tus aciertos y todo lo que hace tropezar.

3. Tómalo de forma positiva y lo más realista posible para que la hora de la comida no se te vuelva una pesadilla.

4. Tu cuerpo debe acostumbrarse a consumir ciertos alimentos, ten paciencia eliminaras grasas pero en un ritmo que no dañe tu salud.

5. Lo ideal es iniciar cuando estés tranquilo y no tengas miles de compromiso, para que sea más sencillo continuar con una alimentación más sana.

6. Complementa: camina una hora al día o haz cualquier otro tipo de ejercicio adecuado para tu edad y condición física actual. Bailar es una opción más que excelente.

7. Dormir menos de lo necesario estimula el apetito, por lo que probablemente querrás comer de más. Por eso es que debes estar tranquilo y libre de compromisos para iniciar.

8. Algo bueno para ti y tu económica, consumir siempre frutas y verduras de la estación.

Al final el nombre no importa (y no, no Omar no hay dieta coca cola!) implica un riesgo a tu salud si no estás informado y consciente sus efectos secundarios.

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