viernes, 24 de febrero de 2012

EL DILEMA DEL ¿QUE ME PONGO?

Regularmente soy práctica en casi todos los aspectos, no me gusta complicarme al momento de hacer decisiones, pero el día hoy tengo un gran dilema.


Como antecedente diré que mis hermanas son las típicas mujeres que, cuando es temporada de baratas en todas esas tiendas de meses sin intereses, pueden estar todo el día en las plazas, entrar de una tienda a otra, probarse mil y un vestidos, blusas, jeans, zapatos, tomar un respiro para comer (obviamente en la misma plaza) y seguir buscando la mejor oferta o la blusa más bonita.


Ahí es donde no encajo, a mi me gusta ir a ver, literalmente, dos o tres cosas y decidir, ese me gusta ese me llevo. La gran ventaja que tenia es que antes de tener mi coche (el rápido y furioso), llegaba al centro de la ciudad, necesariamente, saliendo de mi trabajo y de ahí tenía que caminar un poco para llegar a comer, y en el camino podía ir viendo bastantes tiendas por fuera y así darme una idea, sin entrar a la tienda, de lo que podría comprarme y siempre me funcionaba.


El record fue una vez para comprar unas botas, las vi de lejos en un aparador y para la siguiente quincena ya las estaba estrenando, y como extra, tenían un gran descuento.


Recuerdo la última vez que fui con mis hermanas, no sé cómo me convencieron y fuimos a una de las baratas de una plaza, miles de mujeres de todas las edades, con tarjetas o efectivo, pero todas ellas con el común denominador de las compras compulsivas. Para cuando entramos a la tercera tienda ya habían pasado dos horas de estar ahí.


Lo primero es ver entrar y salir mujeres como si fuera caseta de peaje de la autopista a Acapulco en vacaciones de semana santa (50 por minuto), enseguida tratar de acercarse a las islas de ropa que indicaban 50% mas 20% extra, todo la ropa revuelta, alguna tirada y lo peor, fila para entrar al probador y fila para pagar. Tardamos más de 20 minutos formadas para que se probaran tres blusas y que ninguna les quedara o les gustara, después de mucho buscar solo se decidieron por una pashmina y una playera, y para eso otros 20 minutos para pagarlas.


Después de 4 horas me di por vencida, me senté en una banca afuera de una tienda y ahí las espere, insistieron en que siguiera con ellas pero mi mente y mis pies se negaban, solo veía letreros con porcentajes de descuento y tarjetas de crédito pasando por las cajas.


Al final me compraron un helado para compensar mi “estrés baratero” y por fin nos fuimos, entre con luz de sol a la plaza y apenas alcanzamos a ver el sol como se metía cuando dejamos por fin la plaza.


Después de esta breve introducción entenderán mi dilema. Mi pal y yo fuimos invitados a dos bodas en marzo, y las dos muy distintas y en diferentes ciudades. Pero la que me provoca el dilema es la primer boda.


Según mi pal la invitación dice “casual colores claros”, cuando me lo dijo me quede pensando que quiere decir eso para una boda. Incluso podría pensar que casual es un pantalón de mezclilla y una blusa bonita, no?


Pues con eso en mente y considerando que tengo unos zapatos color beige sin usar, ayer decidí ir a buscar algo “casual de color claro”. Así que después de salir del trabajo me dirigí a la plaza donde hay miles de tiendas.


La primer tienda es mi favorita, porque de ahí tengo tarjeta, así que comencé a buscar en los vestidos de fiesta, había muchas ofertas, me probé dos pero tenían demasiados adornos que me hacían parecer florero, había una negro muy bonito pero no, tenían que ser colores claros, uno con flores muy extravagante, desistí en esa sección tenía que buscar algo mas “casual”.


Me fui a la sección de damas, contemporáneos, juniors, conjuntos, y nada, o muy formal o color oscuro. Decidí irme a la siguiente tienda.


Mas colores, mas de donde escoger pero los precios estaban muy altos, digo si es algo casual no tengo porque gastar más de dos mil pesos en algo casual.


Tercera tienda, muchos vestidos de fiesta. Cuarta tienda, muchas playeras y jeans. Quinta tienda, había uno y me lo probé pero parecía vestido de playa. Sexta tienda, no me alcanzaba. Y ya no recuerdo si hubo una séptima tienda.


Después de dos horas decidí regresar a la primera tienda, me probé uno que no había visto y no. Le comente a una de las vendedoras que si me podía sugerir algo para una boda que decía “casual colores claros”, puso cara de “what” y me dijo que no había oído hablar de algo parecido para una boda. Así que decidí abandonar mi misión con las manos vacías. Mi tarjeta podía quedarse guardada sin usar.


Al salir, mi cabeza comenzó a pensar que mas podía hacer para lograr mi objetivo y recordé las varias boutiques que he visto y que no he tenido tiempo para entrar, pensé en la otra plaza que está cerca de mi casa y en las tiendas del centro que hace mucho tiempo no visito.
Faltan dos semanas y espero pueda resolver mi dilema este fin de semana o el próximo a mas tardar. Quizá cuando mi pal lea esto, me dirá ponte lo que sea. Sí, pero ¿qué es lo que sea cuando es algo “casual, colores claros” para una boda?, que alguien me explique…

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