Quizá es muy personal la o las
situaciones que los provocan pero en esencia son los mismo, los sentimientos
encontrados son cuando no sabes cual sentimiento predomina, que debes sentir
antes situaciones tan contrarias que estás viviendo o te están contando.
Hace poco surgieron dos
situaciones muy similares con dos grupos de amigas que me genero esto de los
sentimientos encontrados, sobre todo porque son emociones tan extremas que
mejor se los cuento para que me entiendan un poco.
Tuvimos una reunión con un grupo
de amigas un sábado. Cuando llegue dos de ellas ya habían comenzado el “chisme”
pero no era el ambiente al que acostumbraba con ellas, simplemente ya se veían
lagrimas en los ojos. Aun faltaba una amiga en llegar por lo que decidimos
esperarla mientras me contaban que pasaba.
La que tenía apenas un par de
años de casada había decidió ser mamá este año pero, había que hacer varias
pruebas, en especial a su marido. Esas pruebas
no fueron del todo positivas y se tenía que considerar una opción muy costosa
para lograr quedar embarazada. Todo esto generó una situación muy tensa entre
ellos y algunas lágrimas. Al final se tendría que negociar como pareja. Pero no
era como se había imaginado que sería mama.
Cuando nos estaba contando, no podíamos
evitar sentir tristeza y tratar de darle posibles soluciones, animarla, pero
de momento eso era casi imposible. Y con
razón.
En eso estábamos cuando llegó la
otra amiga que nos faltaba para estar completas. Con una sonrisa de oreja a oreja
nos saludo a todas y empezó a contarnos su gran noticia.
Había conocido a alguien hace
algunos meses y casi casi, como de película, le dijo que ella era el amor de su
vida. Siguieron en contacto, él la invito a visitarlo y conocerse mejor, además
de la ciudad donde vivía. Cuando volvió estaba prácticamente comprometida y con
planes de boda, con fechas muy establecidas. Gritamos de la emoción, de momento
todo era felicidad por ella.
Al continuar la reunión empezamos
con eso de los sentimientos encontrados. Cuando tocábamos el tema del embarazo,
la tristeza era palpable pero, de repente, aparecía el tema del compromiso, volvían
los planes, los consejos y la alegría.
Después de unos días llegaron
noticias de dos amigas más con noticias similares.
Abrí el correo y se me hizo raro
ver el nombre de mi amiga como remitente. Casi grito de la emoción, era la
invitación a su boda en un mes. No tarde en hablarle y decirle lo feliz que
estaba por ella y su prometido. Quedamos de vernos en unos días para que me
contara detalles, así como nos gusta a las mujeres, además de saber cómo le voy
a ayudar.
En eso estaba cuando,
aprovechando la noticia, le escribí a otra amiga para comentarle la noticia, lo
que seguramente ella también ya sabía, y decidí preguntarle cómo va ella con
sus planes de ser mamá. Su respuesta no pudo ser más triste.
Me comentaba que lo han intentado
pero, el médico que la atiende por un problema de otra índole le comento que
algo no le estaba funcionando bien a ella y que esto le afectaría sus intentos
de ser mamá. Su marido la está apoyando en todo, sin embargo, si lo que ella
tiene mal le sigue afectando, puede quedarse sin ser mamá.
Entonces la noticia que de la
boda de nuestra amiga, y la alegría que pensé nos daría cuando le contara, se revolvió
con la tristeza que me provoco saber que quizá no podría ser mamá.
Cuando me senté a reflexionar
respecto a estas situaciones no sabía que sentir, tengo dos amigas a punto de
iniciar una vida de pareja, felices, haciendo planes, ilusionadas. Y tengo dos
amigas que tienen una ilusión a punto de perderse o que les provoca más
preocupación que alegría.
Creo que un abrazo sería algo que
puedo hacer con cada una de ellas y demostrarles así lo que las quiero y me
importa lo que les pase.
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