Te has dado cuenta cómo
evoluciona nuestra forma de vida tan rápido. Te pondré un ejemplo por demás claro,
un celular. Tienes menos de seis meses con tu celular nuevo, con todos los
adelantos tecnológicos cuando ya está el nuevo modelo con memoria para 5,000
canciones, 2,500 videos y no sé cuantas redes sociales disponibles para que lo
que menos uses es el teléfono como tal.
Esta evolución aplica en todos
los aspectos, incluidas las relaciones personales, en específico las parejas. Hablamos
de lo que es conocido como parejas “Dinks” (Double income – no kids, doble
sueldo- no niños).
Este primer término “Dinks” se
aplico a las parejas homosexuales, hombres o mujeres que tenían un ingreso
considerable y se podían dar una vida sin preocupaciones económicas y con
algunos lujos frecuentes.
Este estilo de vida fue “contagiándose”
a las parejas heterosexuales jóvenes comprometidas o casadas, con altos
ingresos que prefieren cargar bolsas con ropa de diseñadores reconocidos en una
boutique de lujo a una pañalera.
En México se les conoce como “Dinkys”
(Double income – no kids Yet) y apenas rebasan el millón. Existen pocos datos
de cuanto gastan los Dinkys, pero según un estudio de 2008 encontró que estas
parejas desembolsan unos 165,000 pesos al año, principalmente en salidas al
cine, comer en algún restaurante y una reunión en algún bar.
Eso que gastan está ayudando a
impulsar el mercado de bienes de lujo en México, y se estima que este 2013 terminaría
con un crecimiento del 12%. Y sigue creciendo.
El gasto en México en ropa de
diseñador, accesorios de lujo y vinos de buena marca alcanzó en el 2012 3,880
millones de dólares casi el doble que en el 2004.
Este tipo de parejas, supone un
antecedente de padres que mantenían una familia de más de cinco miembros con un
solo ingreso. Actualmente los Dinkys representan en Reino Unido el 18%, Estados
Unidos 14%, Brasil 5% y México 3.5%. Los analistas creen que el numero irá
creciendo, debido a los fuertes cambios sociales como una mayor educación entre
las mujeres y una disminución en la tasa de natalidad, que no quiere decir por
completo no a los bebes.
A diferencia de los Dinkys
europeos, los mexicanos prefieren posponer la llegada del primer niño en lugar
de evitarlos por completo. Muchos esperan tener una casa, viajar y darse
algunos gustos “es algo con lo que crecimos. Soñamos con casarnos y tener
hijos, pero en algún tiempo”.
Algunos especialistas comentan
que los “dinkys” están gastando más de lo que puede pagar, ya que si bien
perciben ingresos altos, no son ricos todavía. Pero lo que tienen claro es que
por ahora el gasto en conjunto de las parejas sin hijos es resistente.
No es de extrañar que la evolución
afecte hasta los estilos de parejas o matrimonios pero, en esencia, siguen
teniendo el mismo objetivo, compartir la vida con la persona que amas. El dinero,
en este caso, sale sobrando.
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