¿Qué es?
Tequila es una bebida con Denominación de Origen, la cual es elaborada a partir de la fermentación y posterior destilación de azúcares de Agave Tequilana Weber variedad azul.
Tanto el
proceso de producción del Tequila, como el de cultivo del Agave (algunas veces
existe confusión al creer que el Agave es una cactácea cuando en realidad ésta
es una planta perteneciente a la familia de las amarilidáceas) debe darse
dentro del territorio determinado en la Declaración de Protección a la
Denominación de Origen Tequila.
Categorías de Tequila
Tequila 100% de agave: que ha sido elaborado únicamente a partir de azúcares provenientes del Agave Tequilana Weber variedad azul.
Tequila: es elaborado a partir de una mezcla de azúcares en la cual por lo menos el 51% debe provenir del Agave Tequilana Weber variedad azul, mientras que el 49% restante puede originarse en otras fuentes naturales de azúcar.
Plantación y cultivo de los agaves
El proceso
comienza cuando nuevos hijuelos de Agave Tequilana Weber variedad azul son
plantados.
Jima: cuando las plantas de Agave son
consideradas aptas, se inicia el proceso de cosecha, conocido tradicionalmente
como "jima", la cual consiste en cortar de tajo las hojas del agave
para posteriormente extraer de la tierra la cabeza de agave, también conocida
como "piña".
Cocimiento: convierte los carbohidratos complejos de las piñas
en azúcares simples, aptos para la fermentación y al mismo tiempo suaviza las
piñas haciendo más fácil el proceso posterior de extracción de azúcares.
Extracción: aunque antaño la extracción se realizaba por
medio de la tradicional "tahona" (piedra circular que era pasada
varias veces encima de las piñas cocidas de agave), hoy en día el proceso se
lleva a cabo mediante trenes de molienda de varias etapas.
El agave
cocido es desgarrado primero en pequeños pedazos que son posteriormente pasados
por los molinos en los cuales, con la ayuda de la inyección de agua, son exprimidos
para extraer sus mieles.
Fermentación: las levaduras inician los procesos de
fermentación convirtiendo al mosto fresco en mosto muerto, es decir,
transformando los azúcares en alcohol.
Destilación: se lleva a cabo en alambiques que
generalmente son de cobre o de acero; o en torres de destilación continua.
El Tequila
se destila dos veces. La primera destilación se conoce como “destrozamiento”,
requiere un par de horas y genera el "ordinario", es decir, un
líquido con una graduación alcohólica de alrededor de 20%. La segunda
destilación, también llamada "rectificación", dura entre tres y
cuatro horas.
El resultado
de este proceso es un líquido con una graduación alcohólica cercana al 55%. En
los procesos de destilación, las sustancias se dividen en tres partes. Las
"cabezas", que contienen aldehídos no deseados, son desechadas, el
"corazón", sí es utilizado para el Tequila, mientras que las
"colas" algunas veces son recicladas en la siguiente destilación y
algunas otras veces simplemente desechadas.
De la
rectificación se obtiene un líquido transparente que ya puede ser considerado
Tequila Blanco o que puede ser sujeto a maduración para convertirse en alguno
de los otros tipos de Tequila.
Maduración: para los Tequilas reposados, es posible
utilizar pipones o barricas.
Para los
Tequilas añejos y Tequilas extra añejos necesariamente deben utilizarse sólo
barricas con una capacidad máxima de 600 litros.
Todas las
barricas son de roble blanco que, sin embargo, puede ser americano o francés. Las
barricas pueden ser nuevas o haber sido previamente utilizadas en otro tipo de bebidas.
Asimismo, también pueden haber sido sujetas a un tratamiento de tostado o de
quemado que finalmente transmitirá diferentes características al Tequila.
Catado
Examen Visual: incline la
copa hacia delante teniendo como fondo un mantel blanco y observe la coloración
de reposados y añejos.
Los tequilas
blancos, son cristalino con matices plateados. Si ha permanecido en contacto
con madera, adquiere un tono ligeramente pajizo. Cuerpo: untuosidad en la copa
formando lagrimas en el cristal. Brillo y limpieza.
Los tequilas
reposados, son color pajizo o pajizo claro con matices dorados. Cuerpo:
untuosidad en la copa formando lagrimas en el cristal. Brillantez y limpieza.
Los tequilas
añejos, son ámbar claro a oscuro con matices cobrizos. Cuerpo: untuosidad en la
copa formando lagrimas de cristal. Brillantez y limpieza.
Examen Olfativo: acerque la
nariz, casi introduciéndola en la copa y realice una aspiración profunda, para
percibir los aromas primarios de tequila. Gire la copa para apreciar ahora los
aromas secundarios que se desprenden gracias al movimiento realizado.
El Tequila
blanco, contiene aromas distintivos de agave cocido, con tonos herbales y/o
cítricos, levemente frutales y florales. El aroma de alcohol suele ser más
intenso y penetrante.
El Tequila
reposado, contiene aromas del proceso de elaboración y maduración, con notas
florales, frutales, herbales y especiosos, tonos ligeramente dulces,
avainillados. No debe contener aromas extraños que pueden ser deficiencia en el
proceso de elaboración.
El Tequila
añejo, contiene aromas florales y frutales destacando notas maderizadas y de
frutas secas (nueces, almendras, avellanas); frutales (ciruelas); tonos
vainilla, especias. Tono ligeramente dulce por el tiempo de destilado en
contacto con la madera.
El examen
olfativo se complementa cuando se coloca un pequeño sorbo de tequila en la
boca, se retiene por unos segundos y se deglute ó expulsa. Con la boca cerrada,
exhale el aire por la nariz y podrá seguir percibiendo los aromas con algunos
cambios provocados por la química del interior de nuestra boca.
Examen gustativo
El tequila blanco,
se confirman las percepciones de agave cocido, acentuándose los herbales y
cítricos. Se percibe un mayor impacto de alcohol en la boca, sin embargo, si
hay un buen balance debe dejar un fin de boca muy agradable.
El tequila
reposado, con sabor suave, muy ligero dulzor, sabor frutal especiado. Se debe
percibir la maderización producida por el proceso del reposo. No debe haber
sabores extraños, debe ser limpio y en balance con los demás conceptos de sabor
y aroma.
El tequila
añejo, con sabor suave y énfasis en frutos secos, especias, vainilla; un mayor
grado de maderización, ligero sabor dulce. Limpieza en el sabor y equilibrio
entre sabor total y el impacto de alcohol. Debe tener un excelente fin de boca.
Fuentes: Academia Mexicana del Tequila, A.C. y Cámara Nacional de la Inustria Tequilera.