A ciencia cierta no recuerdo como fue nuestro primer contacto, lo que si tengo muy presente es que lo conocí en uno de los llamados “retiros espirituales”. Su sonrisa fue lo que más me llamo la atención y su gusto por la vida. Desde entonces nos volvimos inseparables, sabíamos que nos teníamos uno al otro en cualquier circunstancia y lugar.
Su vida no ha sido fácil.
Su familia estaba formada por papa, mama y siete hij@s, incluido él. El papa los dejo cuando él estaba en la primaria, así que
a mamá le toco sacarlos adelante a todos. La mayoría le reclamaron a mamá el
hecho de que su papá los haya abandonado, pero quizá solo ella sabia porque lo
había hecho y si fue lo mejor para sus hijos, no la podemos juzgar.
El se hizo responsable desde esa edad. Su mama instaló
un puesto de jugos cerca de la casa y todos los días se levantaban de madrugada
para comprar lo necesario y tener todo
listo para sus clientes. Ninguno de los otros hermanos y hermanas, que yo
recuerde, los ayudaron. Solo era él y su mamá.
Así iban pasando los años, y el continuo sus estudios.
Sus herman@s se dedicaron a hacer sus vidas.
Después de la prepa decidió estudiar contabilidad. Es
muy bueno. Todo iba bien hasta ese año nuevo donde recibieron una llamada que
cambiaria de nuevo su destino.
Era el primero de enero, cerca de las 8:00 de la
mañana, tenían que ir al hospital a dejar a su hermana para trabajar en su turno de enfermera. Pero, una
persona en estado de ebriedad manejaba una camioneta por la avenida principal,
se pasó un alto y embistió el coche donde iban su mama, su hermano y su
hermana. Su mama y su hermano murieron de manera instantánea,
su hermana quedo en coma.
Los meses siguientes fueron como una pesadilla. No
tuvo tiempo de llorarle a su mama ni a su hermano (que alguna vez me dijo era
su favorito). Empezaron, él y su hermana menor, a cuidar a su hermana, hasta
que salió adelante del coma. Cuando la llevaron a su casa (la casa que tenía su
hermana) y empezó a valerse por sí misma, en forma de más grosera, los
corrió a él y a su hermana menor y los acusó de robarle lo que le estaban dando
de pensión (pensión que él le tramitó). Cuando me lo contó me quede sin palabras. Ni un gramo de
agradecimiento.
Sus herman@s se fueron casando, haciendo sus vidas y
separándose cada vez más unos de otros. El empezó a trabajar, y procurando que
a su hermana menor no le faltara nada, que terminara sus estudios.
Alguna vez me presentó a una de las pocas novias que
tuvo, muy agradable. Se le veía feliz como hace mucho tiempo no lo veía, pero
ahora la que comenzaba a molestarlo era su hermana menor.
Si tienen hermanos, sabrán que hasta cierto punto una
hermana puede tener un poco de llamémosle “celos” de las novias, pero no al
grado de hacerles la vida imposible a los hermanos.
Esta era la situación, como los otros hermanos no caían
en sus chantajes, el era el único que le hacía caso, y comenzó a llevarla a
todos lados.
Cuando hablábamos me decía que se portaba grosera con
las personas, que hacía comentarios que no iban al caso y que no sabía porque
se enojaba con él. Como favor me pedía que saliéramos con su hermana, sólo para
comprobar que no se podía hablar con ella porque todo le parecía mal si no
estabas de acuerdo con lo que opinaba.
Su trabajo, como el de todos, era estresante, y lo que
menos quería es llegar a su casa a recibir reclamos de hermana enojada y
frustrada con la vida.
Heriberto y Sandra, mis dos mejores amigos.
Todo esto trajo consecuencias a su salud, comenzó a
enfermar de manera súbita y grave. Estuvo internado dos veces. La primera tardo
varios días y salió con 20 kilos menos, su sonrisa se desvaneció. La segunda… mi mejor amiga me llamó y no lo volví a
ver.
En su funeral no pude llorarle tanto porque no lo
podía aceptar. Pero, a lo largo de estos
meses sin él, le he llorado mucho, es un vacio muy grande en alma.
.
Hace unos días, cuando venía a la oficina, sentí la
necesidad de hablarle. Desde que enfermo, tenía que ir a la clínica por su medicamento, cuando
salía me llamaba y yo pasaba por el para irnos al trabajo, nos quedaba cerca un
centro comercial y llegábamos por el desayuno. Todo el camino, hasta llegar a
su oficina, platicábamos de todo, nos reíamos. Y eso fue lo que hice, hablar
con el cuándo venia para la oficina.
Lo que siento por el no ha cambiado ni disminuido,
sigue siendo tan fuerte como siempre. El es y será uno de los hombres más
importantes en toda mi vida.
Todo un ejemplo de vida ¡¡ personas asi no hay tantas como deberia, lo mejor es llevarlos siempre en el corazon.
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